Piscis


                                         Imagen: H.P.Kolb

Piscis es el último signo del zodíaco, representa por lo tanto el fin de un ciclo y la antesala al comienzo de uno nuevo.

Está simbolizado por dos peces que nadan en direcciones contrarias, río arriba y río abajo, atados por una cuerda, denotando así la naturaleza contradictoria del signo.

Piscis es un signo impersonal, trascendente.  Su identidad es insustancial y compleja.
Habiendo transitado todo el ciclo zodiacal, ha tenido tantas experiencias y asumido tantos roles que le es verdaderamente difícil definirse a sí mismo.

En piscis el ego se disuelve, preparando al Ser para un nuevo ciclo hacia su integración con la totalidad de la vida.  Sin embargo, esta disolución egóica puede, en ocasiones, ser experimentada de manera negativa generando en el pisciano un sentimiento de confusión y alienación.

Su imaginación es fértil y tiene ideas muy productivas, pero tarda en llevarlas a cabo, se toma su tiempo, rumiándolas en su cabeza, hasta que se siente seguro de estas, entonces se fijan en su mente y se vuelve muy difícil hacerle cambiar de parecer, pero tendrá que trabajar duro si quiere llegar a concretarlas.  Esto se debe también al hecho de que sus metas son muy elevadas,  de largo alcance. Además, le cuesta tomar decisiones y entrar en acción, mostrando una actitud pasiva y resignada ante la vida y, cuando actúa, lo hace más bien guiado por la intuición y las emociones, que no por la razón.

Su mundo interior es diverso y complejo, lleno de muchos matices que pueden llegar a desconcertarle a él y a los demás, que no tardarán en juzgarle y ponerle a prueba e, incluso, en algunos casos, traicionarle.

Piscis se sentirá muchas veces incomprendido, convirtiéndose fácilmente en una víctima de los demás, en el chivo expiatorio, sobre el que recaen todas las culpas. Su camino espiritual es el más difícil de todos, es la “vía dolorosa”, que el pisciano experimenta con verdadera entrega, en un proceso de profunda transformación, bajando a  la propia raíz del dolor para trascender todas sus limitaciones y renacer renovado y fortalecido.

Cuando sufre no sólo lo hace por él, sufre por el mundo entero, como en un intento inconsciente de redimirlo a través de sí.  Este es el signo del sacrificio por los demás, de la total abnegación, pues, negándose a sí mismo, se ofrenda en beneficio de otros.   La compasión o amor universal  es uno de sus rasgos más característicos.

A piscis le cuesta ver defectos en los demás, sin embargo, en muchas ocasiones se siente el más imperfecto de todos, teniendo, generalmente, una imagen de sí mismo bastante deplorable. Es como si una especie de neblina lo cegase dificultándole ver lo negativo de los demás y lo positivo en sí mismo.  Esto lo convierte también en un signo bastante confiado, ingenuo y vulnerable. Siempre espera lo mejor del mundo, no en vano es el signo de la fe, que en muchas ocasiones se ve superada por la dura realidad, debiendo realizar un gran esfuerzo cada vez que se siente defraudado para recuperar la confianza.

Comprometido con sus creencias religiosas, se entrega a ellas con tal fervor que, en algunos casos, puede convertirse en obsesión, conduciéndole al fanatismo, pero también puede ser el místico, el que comulga íntimamente con lo superior y descubre sus misterios, abierto a las infinitas posibilidades de acceder a lo divino y atento a las diferentes formas en que ello se manifiesta.

El pisciano es antes que nada espiritual, percibe la infinitud del mundo y siente que las barreras las ponen las personas.  No obstante, lo material también le atrae, pero le da un sentido diferente ya que, para él, es simplemente un medio de cristalizar sus sueños e ideales, más que un fin en sí.


El saber de piscis es tan profundo como su mirada, ha aprendido mucho en la universidad de la vida, por eso siempre trasluce una gran experiencia.  Se siente sumamente atraído por lo oculto y misterioso, así como por la psicología, la magia y lo paranormal.

Uno de sus grandes defectos es el despiste y la dificultad para tomar tierra.

Es un signo sensible pero también sensiblero, más bien hipersensible, su interior está tan abierto a los demás, que todo le afecta fácilmente.  En ocasiones, se siente invadido por los sentimientos, sufrimientos y problemas de los demás, que muchas veces siente como propios y le inquietan profundamente, pudiendo llegar a sobrepasarle.

Por ello, con frecuencia, intenta evadir la cruda realidad, ya sea a través de su fértil imaginación o acogiéndose a algún vicio.  En todo caso, lo que intenta es refugiarse en un paraíso artificial que puede terminar convirtiéndose en un infierno, si hay descontrol y exceso, envolviéndose a sí mismo en un círculo vicioso de evasión y dependencia.  Entonces cumple el doble papel de víctima y victimario y surge la culpa.

A piscis los problemas pueden llegar realmente a desequilibrarle, haciéndole sentirse más frágil que el común de las personas y causándole mucha inseguridad y una sensación de que el suelo bajo de sí es notablemente inestable. Tiene una marcada tendencia a la depresión, pero es a través de esas crisis profundas que toma una mayor conciencia de sí mismo.

Por este motivo en especial, se hace fundamental para el pisciano, desarrollar la gran fuerza de voluntad que alberga dentro de sí, para mantenerse firme ante la adversidad y poder volver a levantarse cuando ha caído. Lo irónico es que muchas veces se regodea en su propio sufrimiento y se autocompadece, quedándose en el papel de la eterna víctima, la que no levanta cabeza.

Sin embargo, también tiene otra posibilidad, la de hacer uso de la enorme cantidad de energía que tiene acumulada dentro de sí, para equilibrar su mundo interior y recuperarse de manera casi milagrosa.   Deberá, en todo caso, esforzarse al máximo por generar una actitud positiva ante la vida y por renovar la fe perdida cada vez que sea necesario.

Si hay algo que le apasiona a este signo es la música y el arte en general, especialmente la danza, el cine, la fotografía y la poesía.

A través de su íntimo e invisible nexo con los demás será capaz de ver la belleza oculta en todas las cosas, incluso en lo que a simple vista no parezca ser hermoso.  Reconoce como nadie que la verdadera belleza es invisible a los ojos.

Piscis es un signo mágico por naturaleza, etéreo, sutil, y no es raro que se sienta muy identificado con lo mágico, lo invisible e intangible.  Tienen además facilidad para comunicarse con la naturaleza, manifestación física de esa energía sutil que tan familiar le es, conectando con los reinos que la componen, con los elementos, pudiendo sentir interés por la magia natural y teniendo un talento especial para trabajar en conexión con los ciclos lunares, pues su extrema sensibilidad le permite conectar intensamente con la energía de la madre y comunicarse con esta, ya sea a través de la meditación, la oración o rituales mágicos.

En el amor, conquistará con una actitud tímida en principio, seguida de un trato afectuoso, dulce y familiar. Una vez en la relación destacará su afán de proteger y cuidar a su pareja con gran devoción y atención por el detalle.  Pero, atención, los peces son escurridizos, aunque su amor es incondicional, si no se sienten tomados en cuenta,  o si no has sido capaz de llegarle al alma, puedes perderles fácilmente.  Para ellos es importante el romanticismo, la ternura, la comunicación corporal y emocional, las caricias, la conexión a través de la mirada, pues piscis busca conocer al otro en detalle y experimentar la fusión con este en cuerpo y alma.

Es uno de los signos que más disfruta del sexo y es bastante considerado en la cama, buscando siempre que la otra persona se sienta tan a gusto como él, le gusta compenetrarse y no descuidar al otro, pero tampoco ser descuidado, para el pisciano debe reinar cierto sentido de la justicia en este terreno, pues concede una especial importancia al equilibrio entre el dar y recibir;  disfruta el sentir que la experiencia es compartida, un verdadero encuentro de cuerpos y almas y que tanto él/ella como su pareja disfrutan al máximo y comparten realmente su presencia y su ser, para piscis la sola experiencia de los sentidos no basta, necesita sentir que se logra esa conexión especial, para él se trata de hacer el amor, no en vano es el signo de la entrega y se da por completo cuando ama.

A pesar de su apariencia caótica, desordenada e inestable, piscis es uno de los signos más trabajadores del zodíaco y se esfuerza al máximo cuando la situación así lo demanda.  Eso sí, tiene que ser un trabajo con el que se sienta realmente identificado y motivado.

Generalmente, destacará en profesiones relacionadas con la medicina y la sanación, la religión y la enseñanza, la política y en trabajos de tipo creativo, artístico o comunitario.

Tiene un fuerte magnetismo y, aunque tiende al aislamiento, muchas veces se evade de sí mismo a través del contacto con grupos y amistades.

Piscis es tan empático que, en ocasiones, funciona como un espejo, reflejando los estados de ánimo de quienes le rodean y esto es, en gran parte, la causa de sus altibajos emocionales, pudiendo estar sonriente y feliz y al rato encontrarse sumido en un mar de lágrimas y viceversa, en este sentido es muy impredecible.

Al ser tan sensibles y receptivos están muy expuestos a las energías que flotan en el ambiente, por ello es importante que aprendan a protegerse espiritualmente, ya que, de lo contrario, pueden llegar a debilitarse o, incluso, enfermarse física y o psicológicamente.  En todo caso, debe también aprender a canalizar las emociones de la forma más positiva posible, a través del arte, la espiritualidad, la sanación o en labores de ayuda comunitaria, que le permitan contribuir a aliviar el dolor y los problemas que percibe a su alrededor.

No obstante, ha de tener en cuenta que pocos comprenderán y empatizarán con su dolor tanto como él hace con el de otros.  Cuando piscis llegue a entender esto, sabrá que deberá buscar un espacio propio, donde pueda desahogarse todo lo que necesite o, simplemente, meditar y reflexionar.  La música también le ayudará a encontrarse y a redefinirse cuando se siente ahogado o perdido.

Su misión es contribuir a la sanación de la humanidad y el despertar colectivo.

La gente acudirá a piscis a contarle sus problemas porque saben que este normalmente estará dispuesto a escucharles pacientemente y brindarles un consejo o palabra afectuosa.

El mayor anhelo de piscis es fundirse plenamente con la esencia de la vida, regresar al origen, a la fuente eterna de sabiduría, a esa luz inagotable, que reside en lo más profundo de cada ser humano y en todo cuanto existe.   El yoga, la meditación, la oración, el desarrollo del altruismo, el amor universal y la fe en el universo que contiene y lo contiene serán importantes herramientas en ese proceso.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga




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