Luna Llena en Géminis 2016


La próxima Luna llena nos impregnará de su luz desde un signo que nos remite, entre otras cosas, a la dualidad, a lo racional, a las ideas y la comunicación, así como al dinamismo. Se trata del versátil y polifacético signo de Géminis.
La Luna llena en este signo nos llevará a revelar la naturaleza ambivalente del alma, proponiéndonos como trabajo interior a realizar el abrazar tanto nuestra luz como nuestra sombra.                     
Sería tan lindo como ingenuo pensar que en ella sólo habita luz, sólo hay bondad y amor pero, ciertamente, nuestra naturaleza humana, tan contaminada como está de programaciones, tan herida de traumas, acechada de miedos e incluso, a veces, anquilosada de resentimientos, se encuentra supeditada a ese Lila o juego ilusorio que el Ser generó para conocerse a sí mismo, sumergida en la idea de la dualidad, que percibiendo la propia existencia como algo separado, en la ignorancia de su naturaleza plena y trascendente.  
En este sentido, el objetivo fundamental de la Luna llena en Géminis es permitirnos ver con mayor claridad esa dualidad, con el fin de que podamos aceptarla, comprenderla e integrarla.
Géminis es también un signo sumamente racional, por lo que la Luna en este signo implica un acercamiento bastante más desenfadado que otras lunas más intensas o profundas, como lo pueden ser las lunas en signos de fuego o de agua.  Con la Luna geminiana las emociones pasarán automáticamente por el tamiz de la razón y, por lo tanto, la tendencia será ser más objetivos ante las mismas.
Aunado a ello, la presencia de Mercurio, dispositor de esta Luna por su regencia sobre el signo de Géminis, en el signo de Capricornio, nos llevará a adoptar una actitud crítica ante las mismas y también a digerirlas con mayor lentitud quizá para darnos tiempo de integrarlas adecuadamente a nuestra estructura.  
No obstante, las emociones que vivamos durante esta Luna llena pueden llegar a impactarnos de tal manera que promuevan una profunda transformación estructural en nuestras vidas.  Esto debido a la actual conjunción entre Mercurio y Plutón en Capricornio.
En este sentido, es fundamental hacer consciencia de que esa transformación ha de comenzar por los patrones mentales limitantes y las programaciones de miedo e ideas negativas que resuenen con frustración, incapacitación y/o rechazo que de alguna manera se han anquilosado en nosotros generando bloqueos que no hacen más que retrasar nuestra evolución.  
Es momento de permitir a la mente transformar el plomo en oro, advirtiendo que esa pesada carga mental que se ha convertido en un lastre es la misma materia prima de la cual podremos extraer madurez y una renovada estructura mental más congruente con nuestro momento evolutivo.
Capricornio también nos habla de austeridad, así que con el dispositor de la Luna en este signo, seremos más bien comedidos en lo referente a nuestra experimentación emocional y, aunque a la Luna en Géminis le gusta comunicar sus emociones al punto de que podría escribir una novela para contárnoslas, con Mercurio en Capricornio, siendo el dispositor de esta Luna, la cosa cambia, quizá las comuniquemos de forma más austera, más prudente y circunspecta.
Incluso, al estar este en conjunción a Plutón, puede que optemos por reservárnoslas para nuestro fuero interno y/o hacer que el silencio sea el que hable por nosotros, sobre todo si precisamos marcar límites ante alguna situación que se nos presente.
También puede que surjan palabras ásperas e hirientes que expresen, por ejemplo, algún tipo de inconformidad y/o resentimiento o que la comunicación este impregnada de tal intensidad, profundidad y/o sabiduría que sea propiciada, a través de esta, alguna transformación en nosotros mismos o en los demás.
Sea como sea, lo que digamos o nos digan puede llegar muy profundo, a los cimientos mismos de nuestra estructura.

La actual cuadratura que mantiene Plutón con Urano, ese gran despertador de la conciencia, y con Ceres, la Gran Madre de vida, muerte y resurrección, ambos en el signo de Aries, estimulará estos procesos de alquimia que pueden suscitarse.   
Un nuevo despertar se avecina pero precisa que la voluntad de trasformación de esos patrones mentales obsoletos sea activada,  y viceversa, este proceso se activará como consecuencia de un nuevo despertar, todo esto sucederá por medio de ese mecanismo cósmico en el que los planetas a través de esas tensiones que generan entre sí actúan de forma sinérgica y se activan los unos a los otros para desencadenar procesos internos y externos, los segundos manifestación de los primeros, y estos últimos a su vez estimulantes de lo que sucede en nuestro interior porque aquello que manifestamos de alguna forma retroalimenta nuestro proceso evolutivo.
La danza cósmica está servida y en ella se combinan, junto al resto de energías planetarias, la lentitud de los procesos plutonianos y la inmediatez de los saltos cuánticos uranianos, confluyendo en el desenvolvimiento de nuestra evolución.
Por si fuera poco, a esta cuadratura entre la conjunción Urano/Ceres en Aries y Plutón en Capricornio, se suma el planeta Júpiter desde el signo de Libra, quien también se encuentra cuadrando a Plutón y, a su vez, oponiéndose a Urano, configurando entre todos una T cuadrada.  
Júpiter estará añadiendo a esta configuración su espíritu de aventura y su búsqueda de sentido y expansión a través de la belleza, de la armonía y de la interacción social propias del signo de Libra.  
Las relaciones que establezcamos en este período o aquellas que ya estuviesen establecidas tendrán una influencia preponderante en nuestro proceso evolutivo.   Quizá se trate de un compañero de viaje, ya sea en un sentido literal y/o simbólico que nos sirva de espejo y al que sirvamos de espejo para, mutuamente, expandirnos, transformarnos, despertarnos.
Ello, en  todo caso, requiere la madurez suficiente, no sólo para ahondar en nosotros mismos sino para también ser capaces de ver en el otro lo que no soy capaz de reconocer en mí.
Y como Venus, dispositor de Júpiter, se encuentra actualmente en el signo de Acuario, lo anteriormente expresado tenderá a manifestarse a través de la multiplicidad de personas con las que contactemos y, en especial, de nuestros amigos, que serán, junto a la pareja, los detonantes de ese despertar que se avecina.  
No olvidemos que Urano, dispositor de Venus, por su regencia sobre el signo de Acuario, está en Aries formando parte de esa intensa T cuadrada, así que de nuevo la dinámica energética nos lleva al mismo lugar.  
Por ello podría decirse que no hay escapatoria, la transformación ha de darse, sí o sí.  Ser capaces de soltar, estar abiertos y fluir en el aquí y el ahora nos facilitará el proceso de transmutación interior.  Cualquier aferramiento o resistencia no produciría más que dolor, angustia y ansiedad.
Es momento de asumir que estamos preparados, el cosmos así nos lo muestra, basta ya de estancamiento, de miedo y de desaprobación.
Marte en Acuario, que se encuentra en trígono con la Luna en Géminis y en sextil con el Sol quien actualmente se encuentra en conjunción a Saturno en Sagitario, nos dará el valor suficiente para asumir los cambios pertinentes e, incluso, promoverlos.
Nos veremos impulsados a hacer cambios radicales en nuestra vida, sin embargo, es importante tener la madurez suficiente para asumir las consecuencias, así como la prudencia necesaria para determinar si realmente estos encaminarán el proceso hacia una transformación positiva que nos conduzca a establecer una estructura que pueda expandirnos y permitirnos ser más creativos.  
De ser así, este Marte puede impulsarnos a dar un salto cuántico que nos permitirá ciertamente avanzar en nuestro proceso evolutivo.

No menos importante es la configuración de la que propiamente participa esta Luna, se trata de un rectángulo místico de aire y fuego, del cual participan la Luna  llena en Géminis, el Sol y Saturno , quienes se encuentran formando conjunción en el signo de Sagitario, Júpiter en Libra y la conjunción Urano/Ceres en el signo de Aries.
Esta configuración consiste en un rectángulo, en el cual los lados más largos están conformados por dos trígonos y sus lados más cortos por dos sextiles, a lo que se suman dos oposiciones que se cruzan en su centro.
Primeramente, es preciso decir que, al tratarse de un rectángulo místico de fuego y aire, el reto que se plantea es el de conciliar e integrar de forma bastante dinámica lo personal y lo social  por medio del impulso creativo, emprendedor y apasionado que nos brindan los signos de fuego y las capacidades de sociabilización, diálogo y don de gentes que nos ofrecen los signos de aire.
En este caso en particular, este rectángulo puede estarnos invitando, entre otras cosas, a celebrar la maduración o concreción de algún sueño, o bien, a trazar la ruta de un proyecto que nos proporcione mayor relevancia y/o reconocimiento y que de alguna forma podamos compartir con otros, ya sea porque nos acompañen en el mismo o porque tenga como finalidad una mutua expansión o un aprendizaje/enseñanza compartidos.
Ello responderá a la necesidad de comunicar nuestras ideas y/o de intercambiar conocimiento y estará incentivada por un reencuentro o reconciliación con esa parte de nosotros que desea salir de la zona de confort e introducir cambios radicales en nuestras vidas.
Se está activando un despertar que busca responder a esa búsqueda de sentido que de alguna manera estamos experimentando en este período a través del espejo que nos ofrecen los demás como forma de propiciar un reencuentro con otras facetas de nosotros mismos que desconocíamos o que retomamos desde un nuevo estado de conciencia.
Reinventarse es, en realidad, redescubrirse y, al hacerlo, de manera natural emergen metas y sueños a través de los cuales se podrá expresar nuestra creatividad, ofreciéndonos la oportunidad de dar nuestro aporte a este mundo en el que hemos venido a hacer florecer el conocimiento que ha emergido iluminado por la sabiduría ancestral almacenada en nuestra estructura y que desencadenará una tona de consciencia acerca de nuestro propósito evolutivo aunada a la responsabilidad que comporta el asumirlo y permitir que este se revele y exprese de forma gradual y armoniosa.
En otro orden de ideas, esta configuración también puede hacer referencia a la planificación de los viajes y reencuentros con amistades, así como a las comunicaciones y/o visitas familiares, típicos de estas fechas decembrinas.
Sea como sea, es una Luna para trabajar la comunicación, el florecimiento de las ideas, y dinamizarnos, a pesar de esas inercias que quizá podamos experimentar y que parecieran amenazar con estancarnos.
Recordemos que en nuestro interior está la habilidad y la voluntad para avanzar en nuestro proceso, convirtamos pues esas resistencias en la fuerza potencial que nos movilice, así sea a paso lento pero seguro, y podremos emerger como un ave fénix, renovados, fortalecidos y vivificados.
Nuestra mente es una herramienta poderosa, usémosla en favor de sí misma para sacarla de ese foso de negatividad en el que pareciera estar cayendo en ocasiones, permitiendo así que desarrolle las alas que harán que vuele alto, más segura, más constructiva, menos temerosa y más capaz de transformar los desafíos en oportunidades.
Que sea una Luna llena fecunda de ideas renovadoras para todos.  

Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

Luna Llena en Tauro 2016


La próxima Luna llena, que será una súper Luna por encontrarse en conjunción a Príapo, el punto de perigeo lunar, tendrá lugar en el grado 22 de uno de los signos claves del zodiaco, un signo que tiene un valor muy significativo en un sentido iniciático, se trata del signo de Tauro, uno de los cuatro signos fijos, especialmente considerados dentro de la tradición iniciática, pues están vinculados a las cuatro estrellas regias y se constituyen, por tanto, en los cuatro pilares o columnas principales del templo interior para todo aquel que trabaja mirando hacia adentro.
A Tauro corresponde el “Yo quiero” como frase de reconocimiento.  Es un signo, por tanto, relacionado con el querer y también con el tener.  Tauro nos vincula al mundo de la manifestación de los deseos, esos que irradian desde el opuesto signo de Escorpio.  Nos remite al mundo físico y sensorial, a la Shakti o energía divina toda vez es capaz de manifestarse como creación, como belleza, como sensación.  
Representa entonces a la naturaleza, expresión visible, palpable y/o perceptible de Dios, el rostro de la Diosa, el vestido que la Vida misma manifiesta para envolverse de sí misma, arroparse y retroalimentarse.
Podemos experimentar a Tauro en nuestro cuerpo físico, en las experiencias sensoriales y la sensualidad que experimentamos a través de nuestros cinco sentidos, en los placeres, en la belleza, en el colorido y en toda creación la que podemos captar con ellos.
Tauro es regido tradicionalmente por Venus y vinculado también a la Tierra, la cual podríamos mencionar como su regente moderno, pues si algún planeta expresa el simbolismo de Tauro es este mismo en el que nos encontramos, nuestro hogar, lugar privilegiado dentro del Universo, en el cual la fuerza de la Vida ha podido dar rienda suelta a la bella manifestación de su naturaleza creadora.
En el Tarot podemos reconocer a Tauro en la carta de La Emperatriz, asociada, entre otras cosas, a la creatividad, fertilidad y abundancia.
La Luna llena en Tauro nos lleva entonces a trabajar interiormente lo relativo a aquello que queremos, así como a aquello que tenemos. En este sentido, todo empieza por darnos cuenta del poder que tiene ese decreto que hacemos cada vez que decimos querer algo, pues independientemente de que seamos conscientes o no de ello, somos seres creadores, somos esa Vida manifestada a través de una serie de vehículos, físico, mental, emocional, etc.  
Somos, en definitiva, criaturas que tenemos a su vez la capacidad de crear.  Entonces, aquello que tenemos va en función de lo que queremos. Y si tenemos algo que no queremos, tal vez es que no estamos ejerciendo conscientemente esa potestad, de querer, de ser fértiles y, de esta forma, tener.  

Tal vez la semilla que sembramos en su momento, durante el ciclo creativo, no se correspondía, parcial o completamente, con aquello que queríamos, o quizá no aramos la tierra adecuadamente o no abonamos bien.  Y esto puede referirse tanto al campo mental como emocional que preceden al acto de la manifestación.  
Tauro nos recuerda, entre otras cosas, la importancia de ser naturales y ahorrativos, esto es, no dispersar energías sino concentrarlas a través del mínimo esfuerzo posible en las naturales cualidades que son susceptibles de desarrollarse para obtener el máximo beneficio.
La Luna llena en Tauro también es momento de disfrutar plenamente de los sentidos y expresar el afecto y cuidado lunar a través del mimo de estos;  un masaje, una aromática infusión, una rica comida, una dulce caricia, un hermoso paisaje u obra de arte que recree nuestra vista, un buen abrigo que nos proteja del frío, la calidez del sol, el canto de un pájaro, en fin, los sentidos son un canal para nuestra nutrición, ya sea del cuerpo, de la mente o del alma y la Luna en Tauro viene a recordarnos la importancia de esto.  ¿En qué ocupamos nuestros sentidos?, ¿que alimento les damos?, ¿de qué manera a través de estos estamos nutriendo nuestro cuerpo, mente y alma y que estamos incorporando a estos?  
Con la Luna en Tauro es normal que estemos más sensibles a los estímulos sensoriales y que necesitemos experimentar en nuestro interior la emoción que ellos nos producen y cómo son capaces de nutrirnos y reconfortarnos.  
Quizá la urgencia de nuestra alma en estos momentos sea experimentar esa paz y tranquilidad tan propia de este signo.  
Acudir a la naturaleza puede ser una excelente manera de encontrarla, ¿qué mejor hogar que la tierra?, ¿qué mejor descanso que relajarnos en el césped y conectar con el verdor lleno de prana que nos revitaliza?, ¿qué mejor regalo para el alma que abrazar un árbol y sentir su amor natural y sencillo que nada exige y todo da?  Y sentir que el tiempo pasa lento y que no hay nada de que preocuparse porque todo es satisfecho de forma natural y lo que no, requerirá de ese esfuerzo que permita simplemente arar el terreno donde sembraremos la semilla de aquello que deseamos tener.
Tauro disfruta igualmente de ambas facetas, del trabajo y el descanso, como lo hace la naturaleza, que tiene ciclos y que a veces enfoca su energía hacia adentro y otras hacia afuera.  ¡Que disfrute comprender y aceptar eso!   Entonces dejamos de sobreexigirnos, o bien, de estancarnos. Comprendemos que somos semillas que de forma natural se convertirán en árboles, que somos la Vida misma vestida con su propio ropaje, que se recrea a través de sus sentidos en la experimentación de su propia creación.
La Luna llena en Tauro siente la necesidad de convertirse en ese terreno fértil donde se manifestarán los deseos que el Sol en Escorpio está generando, que desde su luz transformadora, empoderada de sí misma, busca preñar a la Luna de esos deseos que irradia desde lo más profundo, para cocrear con esa Luna en Tauro algo que queremos y que, de alguna manera, obtendremos si hemos comprendido el secreto de este mágico acto de cocreación.  
Y la magia es aún mayor cuando Lilith está implicada, en este caso, en conjunción al Sol escorpiano y en oposición a la Luna llena en Tauro.  La gran maga, diosa de la profunda sabiduría, se siente sumamente empoderada en ese signo profundo y misterioso que es Escorpio y se encuentra disfrutando de todo el saber que encuentra en la sombra y que servirá de fuerza motora en su viaje de regreso hacia la Luz.  
El Sol la acompaña, como una antorcha que le permite observarse mejor para descubrir sus poderes ocultos y darse cuenta a través de un proceso alquímico de su enorme potencial transformador y de la Luz que mora en su obscuridad.  La consciencia solar en lo profundo del abismo se encuentra unida a Lilith, esa Shakti interior, inmanifiesta, la Diosa oculta en la profundidad y, junto a ella, ilumina a la Luna en Tauro, signo vinculado a la Shakti manifestada, a los cuerpos, a la energía que se ha hecho palpable, observable, que se ha materializado, dando lugar al mundo de la forma.


Es un tiempo, por ello, ideal para las prácticas tántricas, así como también para la magia en general, para cocrear, para manifestar nuestros deseos, en esta fértil súper Luna, así que es momento de ser cuidadoso también con aquello que deseamos pues puede hacerse realidad.
Hay que tener la suficiente prudencia y tino para no dejarnos arrastrar por deseos egoístas, fundamentados en bajas pasiones y en pulsiones que provienen de las facetas negativas de la sombra y no de instancias más elevadas, es importante, en este sentido, revisar desde donde estamos creando, desde el odio, desde la envidia, desde la revancha, desde la impotencia, desde la frustración, o desde la sabiduría profunda, desde el intenso amor, desde la generosidad transformadora, desde la sensibilidad ante el dolor, desde el mágico poder transformador de nuestros talentos.  ¿Seremos capaces entonces de encontrar esa Luz en la oscuridad que nos permita hacer emerger en esta fértil Luna los regalos que en ella entraña?
Esperemos que sí y que así podamos descansar satisfechos de lo obtenido y sentirnos en paz con aquello que tenemos porque ha nacido para sanarnos.  El sextil a Quirón en Piscis que realizará la Luna, así como el trígono que Lilith y el Sol establecen actualmente con este, será una oportunidad para ello, para sanar y/o para ser sanados, no obstante, habrá que experimentar la herida, la que el otro nos mostrará a través de la suya para que comprendamos la nuestra y viceversa.  
Será el amor incondicional quien se exprese, en todo caso, para dar curso a esa sanación, ya sea a través de la entrega, la renuncia, la compasión y/o el perdón.
Y si algo sientes que no ha quedado resuelto en el proceso, entrégalo al Universo, el sabrá que hacer con ello y tarde o temprano ese aparente caos encontrará su razón de ser y se convertirá en sabiduría que te acompañará toda la vida.  
Meditar y orar o entregarse a la magia de la música, la danza o la poesía puede ser lo ideal en esos momentos y convertirse en una Sagrada medicina que te permitirá transmutar el dolor en serenidad, en paz, y tener la oportunidad de experimentar ya sea el divino vacío de lo increado o la divina alquimia de la creación.
Deseo pues que esta Luna llena en Tauro os prodigue hermosos regalos, que sanéis lo que corresponda ser sanado y transforméis lo que corresponda ser transformado, básicamente, el ego y la ilusión de separación, para que la luz de la consciencia os pueda revelar esos regalos que no son más que una extensión de la misma belleza que reside en vuestras almas. Recordad, sobre todo, que sois merecedores de ellos.  


Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga



Luna Llena en Aries 2016


Un guerrero interior es aquel que está preparado para pararse firme ante la adversidad haciendo de la luz su guía, atento también a hacer consciencia y desprogramarse de todo aquello que le confronta en su fuero interno y que, de alguna manera, le está impidiéndole reconocerse y Ser.  Para ello es importante que algo dentro de sí mismo se rebele y le revele un punto de inflexión que le encamine a ese descubrimiento.

Reconocer esa chispa divina que quiere despertar en el alma será el trabajo más importante a realizar en esta próxima Luna llena que tendrá lugar en conjunción al planeta Urano, en el valiente y auténtico signo de Aries.  Ya no hay excusas para no mostrarte ante los demás tal cual eres, si es que aún no lo has hecho.

Somos una semilla de la fuente, del absoluto, sembrada en la Tierra, que al ritmo de los ciclos cósmicos evoluciona para revelar su particular manera de expresar de forma creativa y consciente esa simiente divina.

Es momento de abrazar la autenticidad propia y ajena, ello descubrirá y multiplicará el resultado de ese compartir que propone el Sol en Libra, permitiéndonos disfrutar a la vez de la propia manifestación y de esas otras manifestaciones del Ser que, como espejos, aparecen ante nosotros para mostrarnos otras perspectivas que nos permitan reconocernos más.

También es momento de dar un cambio radical en nuestro interior que nos reinicie o resetee pues, de alguna manera, algo dentro de nosotros está pidiendo asumir el riesgo de emprender una renovación que nos revitalice y nos saque de esos viejos patrones y antiguos paradigmas que no operan en congruencia con nuestra naturaleza primordial y que nos han conducido a un especie de estancamiento.

Igualmente, si han habido emociones que han estado reprimidas o solapadas bajo condicionamientos o conformismo, es muy probable que estas busquen una salida explosiva que libere toda esa tensión, cosa que algunos podrán llegar a experimentar como una especie de rabiosa tormenta o cortocircuito emocional, que habrán de gestionar con la sabiduría y el desapego propios de Urano, dejando que cada emoción encuentre su lugar en medio del caos creativo sin aferrarse a ninguna de ellas. 

Se trata simplemente de una liberación necesaria para estar más ligeros interiormente, después de la tormenta veremos todo de diferente manera y aunque al principio podamos sentirnos devastados, luego las aguas, después de haber reclamado su cauce original, nos refrescarán con la sensación de haber revivido o despertado de una inercia que nos tenía aletargados y que estaba retrasando nuestra evolución.

A veces es necesaria una sacudida para reaccionar y, cuando es preciso, el Universo se ocupa de proporcionarnos las experiencias adecuadas para ello y para tal fin contamos con el planeta Urano, quien es responsable de los procesos de despertar y de los saltos cuánticos evolutivos.

Este actúa de forma radical, repentina y sorpresiva, aunque aquellos que cuentan con una intuición muy desarrollada pueden presentir su torbellino entre la tensa calma que le precede.


Urano en Aries está cumpliendo la función de ser un activador del despertar a nivel personal y colectivo y la Luna llena como gran espejo luminoso de la fuerza solar potenciará este impulso evolutivo para hacer florecer en nuestro interior esa semilla que despierta a la consciencia de sí misma.

También es posible que nos demos cuenta de las múltiples posibilidades que ignorábamos acerca de nosotros mismos y que de pronto empezarán a removerse en nuestro interior buscando ser reconocidas y ocupar su lugar en nuestras vidas. 

Para algunos será como si asistiésemos a una especie de parto múltiple en el territorio del alma, lo cual puede ser tan emocionante, liberadora y motivante como aterrador e inquietante. 

No olvidemos además que Marte, quien por su regencia sobre el signo de Aries es dispositor de esta Luna llena y del planeta Urano, se encuentra en conjunción con Plutón en el signo de Capricornio, así que puede que sintamos cierta resistencia ante estos cambios tan radicales, pero también contaremos con la firme determinación y la fuerza de voluntad suficientes para emprender ese lento pero creativo proceso de transformación que será detonado y activado de forma repentina por la conjunción Luna/Urano en Aries lo cual nos permitirá canalizar constructivamente las raíces de aquello que está naciendo, o bien, renaciendo, en nuestro interior.

A nivel emocional, hemos de tener especial cuidado con las rabietas o arrebatos a los que tiende la Luna en este signo, pues el planeta Urano es capaz de potenciar esa energía generando una especie de efervescencia emocional que puede desbordarnos, lo cual puede derivar en cierto descontrol de consecuencias inesperadas del cual luego podríamos llegar a arrepentirnos.  Así que las cualidades de autocontrol que podemos encontrar en la conjunción Marte/Plutón en Capricornio pueden ser muy propicias en este momento.

También jugará un papel determinante el estar abierto al diálogo que, con su correspondiente diplomacia propone Mercurio desde el signo de Libra, quien se encontrará acompañando al Sol en oposición a la ya mencionada conjunción Luna/Urano en el signo de Aries.

Dicha conjunción también puede hablarnos de alguna mudanza que plantee el inicio en un nuevo hogar, o bien de reformas en casa, problemas con electrodomésticos, cambios radicales y/o inesperados en el entorno familiar y actividades grupales donde cada uno podrá experimentar la intensidad de su mundo emocional y aportar desde su interior la impronta de su autentica naturaleza imprimiendo el sello de su original y única presencia dentro de la diversidad del grupo, en el cual podremos sentirnos arropados y en familia en la medida en que seamos nosotros mismos. 

Cualquier sutil muestra de rechazo no será más que un termómetro de nuestra propio desconocimiento o desaprobación interior y por tanto un impulso a transformarnos en el sentido de ser más fieles a nuestra verdadera naturaleza.

También es posible experimentar cierto ambiente de agitación colectiva en algunos lugares,  de hecho esta Luna puede intensificar el riesgo de explosión social en aquellos lugares sometidos a situaciones extremas de limitación, opresión y decadencia, pues el ambiente estará imbuido en un espíritu de libertad y rebeldía.


Esta será pues una Luna de gran intensidad emocional que requerirá de ingenio, fortaleza y también madurez para experimentar los cambios que puedan suscitarse con la mejor actitud posible, permitiéndonos fluir en el aquí y el ahora y en muchos niveles a la vez, abiertos al futuro y a las nuevas posibilidades de evolución que se abran ante nosotros.

Que esta tormenta emocional sea experimentada como una creativa renovación, más allá de la destrucción que ello pudiera conllevar. 

Bien nos puede ayudar, no estar prevenidos, no tomarnos todo demasiado a pecho, desapegarnos y dejarnos fluir, beber alguna infusión relajante,  tener a mano un buen paraguas o chubasquero interior, asegurar puertas y ventanas del alma, aún así, la tormenta hará lo suyo y esa tormenta es esa parte de nosotros mismos que desea que algo cambie para poder renovarse y seguir avanzando en nuestra evolución y esto vale tanto a nivel personal como colectivo.

Así que es bueno ser prevenido para paliar la embestida energética de este tránsito, más no resistirse a la corriente de cambio que conlleva pues esta propone una transformación necesaria de la cual es preciso hacernos cargo.

Después de todo, despertar siempre es tan impactante como emocionante, pero requiere una gran responsabilidad porque implica una toma de conciencia inicial que nos saque de la inercia y, si bien esto a veces puede ser difícil o doloroso, más doloroso resulta seguir dormido, así que no queda más que abrazar esta eléctrica Luna que nos devolverá a esa inocencia y autenticidad que creíamos haber perdido entre tanta confusión y programación.
 

Recibamos con afecto a ese Ser que renace en nuestro interior y celebremos este nuevo parto con una afirmación poderosa que nos establezca firmemente empoderados, reconociendo nuestro lugar en el mundo y la responsabilidad de jugar nuestro papel de manera responsable y creativa.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga

Luna Llena en Sagitario 2016


Se aproxima la Luna más  expansiva y entusiasta del año, la que nos conecta con el optimismo, la fe y la abundancia, la Luna llena en Sagitario.

Esta tendrá lugar el día 21 de Mayo, a las 21:14 UT, a 1° de Sagitario y estará acompañada del planeta Marte, que aún se encuentra retrógrado en este signo.

Sagitario, signo representado por el Centauro, es un signo de naturaleza dual, mitad animal, mitad humano, esto hace referencia a su parte instintiva, sensual, arraigada en la naturaleza y su parte mental, filosófica, que elabora conceptos abstractos, que se expande con la intención de alcanzar las altas esferas del conocimiento, la sabiduría que lo sintetiza como si de un mandala se tratase, donde lo esencial es substraído e integrado en esa búsqueda de un sentido superior. 

Ambas facetas, la animal y la humana, dotan a Sagitario de intuición y sabiduría, esa sabiduría instintiva de la naturaleza y esa sabiduría filosófica del hombre que se amalgaman en su naturaleza a la par salvaje y visionaria.

Este es el signo de la aventura y los viajes, las exploraciones, la expansión, esa que nos permite reconocer en lo diferente y lejano una parte de nosotros mismos que completa y amplía nuestra imagen.
Sagitario se siente ciudadano del mundo, un nómada en busca de su propia identidad que es capaz de encontrar una familia ahí donde llega , porque sabe integrarse y porque anhela expandir su sentido del sí mismo.

Esta Luna llena favorece pues los viajes, la integración cultural y todo lo que nos acerque a un sentido superior y favorezca la expansión de la conciencia y es a través del alma y su dimensión emocional representadas por la Luna que intentaremos experimentarla en el plenilunio sagitariano.

La religión, la filosofía y la política son temas que atraen a este signo y en los cuales le gusta implicarse activamente de una u otra manera.

La Luna, al representar, entre otras cosas, al pueblo, a las naciones, genera al transitar por este signo un mayor interés de la población en general en estos asuntos y, al encontrase Marte retrógrado en conjunción a esta Luna, puede propiciar una reactivación de la participación ciudadana en temas políticos, religiosos, culturales y académicos, así como el resurgimiento de líderes en estos campos.
También podría hacer referencia a un repunte de conflictos por motivos étnicos, políticos o religiosos, así como también una reactivación de luchas en el campo académico, que puede manifestarse, por ejemplo, a través protestas estudiantiles o del profesorado.

En un ámbito más personal, puede hacer referencia, entre otras cosas, a la reanudación de estudios y/o proyectos, o bien, el reinicio de una etapa de aventuras, viajes o exploraciones.

Esta conjunción Luna/Marte retrógrado en Sagitario recibirá la luz que el Sol irradia desde el primer grado del signo de Géminis en conjunción al planeta Venus, que aún se encuentra en los últimos grados del signo de Tauro y el asteroide  Vesta, que ya se encuentra en territorio geminiano.

La oposición que este stellium realiza a Marte y la Luna vendrá marcada por la actividad intelectual, comunicativa, dinámica y comercial del Sol en géminis, el disfrute de los sentidos, de la belleza y la naturaleza, así como el amor a la tierra, los recursos y el trabajo y la fidelidad características de Venus en Tauro y la preservación de la información y el conocimiento, la devoción por comunicar, movilizarse y aprender y el sentimiento de cálida hermandad  propio de Vesta en Géminis.


Esta oposición se puede traducir de muchas maneras, entre otras, en una necesidad acuciante de aventura que nos conduzca a movilizarnos a entornos naturales donde reencontrar nuestra naturaleza primordial y salvaje y, así mismo, en un mayor acopio e intercambio de información que alimente el deseo de reiniciar aprendizajes y enseñanzas a la cual nos predispone la conjunción Luna/Marte retrógrado en Sagitario.

Igualmente, estimulará el intercambio comercial, reactivando importaciones y exportaciones.
También puede estarnos hablando de cooperación de recursos con inmigrantes y países en conflicto y un incremento de los desplazamientos por conflictos de tipo político y religioso hacia lugares que ofrezcan una mejor calidad de vida, un mayor acceso a recursos y un entorno solidario.

Las disertaciones políticas, filosóficas y religiosas estarán a la orden del día y uno de los temas que estarán en la palestra es la necesidad de transparencia y rectitud de los personajes implicados en estos temas, pues la presencia de Júpiter en Virgo predispondrá a revisar con lupa estas figuras en torno a su actuación.

Será, así mismo, en un ámbito más personal,  una Luna muy propicia para reactivar la abundancia, siendo conscientes de que esta comienza en nuestro interior y es la resultante de una actitud ante la vida, que ha de incluir un sentimiento de merecimiento y apertura a todo lo positivo que la esta nos puede ofrecer y de que somos nosotros mismos quienes cocreamos y manifestamos esa abundancia, pues somos esa misma fuerza creadora de la vida a la que tanto clamamos felicidad y bienestar, como si fuera algo externo a nosotros, somos nosotros mismos quienes nos concedemos o nos negamos la abundancia que somos.

Es un momento propicio, igualmente, para revivir la pasión por el disfrute de todo aquello que nos despierta el interés de ir más allá, para disfrutar del conocimiento y las ideas que estimulan nuestra visión y de la sensualidad de aquello que seduce nuestros sentidos.

También son de resaltar los aspectos de los que se encuentra participando Júpiter, dispositor de esta Luna, por su regencia sobre el signo de Sagitario, quien desde el día 9 de mayo retomó su movimiento directo en el signo de Virgo.

Allí Júpiter nos mostrará la importancia de sintetizar el saber, de organizar los proyectos, de encontrar el sentido de las partes que conforman un todo y saberlas engranar, y mostrar la bondad, la fe y la generosidad jupiteriana a través del sentido protector y servicial de este signo.
Este planeta se encuentra actualmente en oposición con Neptuno en Piscis y, ambos, en cuadratura a Saturno retrógrado en Sagitario, conformando así con este una T cuadrada mutable que estará, entre otras cosas, manifestando la tensión de conflictos políticos y religiosos propiciados por un sistema retrógrado y caduco que ha fomentado desde sus inicios el rechazo y la división de razas, credos e ideales para sacar tajada.

El ápice o planeta focal de esta T cuadrada es Saturno, dispositor de Plutón que sigue su largo recorrido por el signo de Capricornio y aún se encuentra en cuadratura con Urano en Aries.

Se hace cada vez más patente la necesidad de despertar y darnos cuenta de los motivaciones ocultas y los intereses cada vez mayores por dividirnos para preservar el poder. 

Cuando hagamos plena conciencia de ello y nos unamos como miembros de una sola humanidad respetando nuestras diferencias y particularidades culturales y propiciando la integración, podremos empoderarnos ante ese sistema opresor que sólo busca dividirnos, encadenarnos a sus condicionamientos y condenarnos a la miseria.

Júpiter en Virgo también se encontrará formando un gran trígono de Tierra con Mercurio retrógrado en Tauro y Plutón, también retrógrado, en Capricornio, reafirmando lo anterior y llevándonos, en este sentido, a reflexionar sobre nuestros recursos y valores, sobre el trato que estamos dando a la naturaleza y sobre la urgencia de transformar las estructuras para mejorar la calidad de vida y conseguir una visión más integradora y consecuente con el medio ambiente, del cual formamos parte.

Es necesario, así mismo, procurarnos niveles cada vez más impecables de ética, apuntando a ideales más sanos y congruentes con el sentido trascendente que tiene la existencia.

La búsqueda de la verdad requiere la capacidad de recuperar nuestro propio poder interior y de reflexionar sobre las ideas preestablecidas, esas que de una forma u otra nos han condicionado a un estado de pasividad ante las injusticias que a diario se cometen sostenidas por la crueldad recalcitrante del sistema.


La entrada de Lilith en Escorpio nos impulsará a rebelarnos ante el poder establecido y reconocer esa sabiduría profunda de nuestra sombra en la que radica un enorme poder, será preciso abrazarla y no intentar huir de ella, pues hasta que no la reconozcamos, aceptemos e integremos, seguiremos proyectándola en el mundo.

Es fundamental, sobre todo, hacernos cargo de nuestra transformación interior y del uso racional de nuestros recursos, reformulando, de ser necesario, nuestra escala valores en consecuencia con esa evolución que estamos experimentando, pues si no hay congruencia que sostenga la verdad interior dotándola de forma y substancia, esta no podrá manifestarse.

Esto puede aparentar representar un gran esfuerzo si sentimos que la verdad es una aspiración a alcanzar, no obstante, el único trabajo a realizar es soltar falsas creencias y permitir que la verdad interior se establezca por sí misma de forma sencilla y natural, pues al soltar los condicionamientos  con que hemos sido programados, nuestra mente y nuestra estructura interior se reajustarán en consonancia con la verdadera naturaleza del Ser, retornándolo al sentido de esa pureza e inocencia que sólo es  capaz de ofrendar bondad y amor incondicional.

Es momento de recuperar la fe en sí mismo, haciendo conciencia de que ese viaje de autoconocimiento que alguna vez emprendimos a través de algún ideal, religión o filosofía no tenía otro objetivo que reconducirnos al propio Ser y que todo aquello que no nos resonase nos ha servido para discernir esa verdad única y auténtica que cada Ser manifiesta como una pequeña y humilde expresión de esa gran y única verdad trascendente e inasible.

La fe también pasa por reconocer que en este mundo de la forma no hay verdades absolutas pues todo entra dentro del juego ilusorio de maya, no obstante, la verdad propia es útil para cada quien dentro de lo que la naturaleza de su propia manifestación ha desplegado, dotando de un sentido particular su existencia, como una pequeña ráfaga que permite tan siquiera vislumbrar ese sentido trascendente que todo lo abarca y donde se funden todas las verdades.

El absoluto, donde todo se disuelve, es por sí mismo, más allá de cualquier visión o perspectiva, más allá de cualquier disertación posible, pues, al no haber dualidad en este, tampoco precisa discernimiento alguno.

Mientras tanto, en el mundo de la forma, seguiremos viendo la vida, en el mejor de los casos, en resonancia con nuestra particular y natural forma de manifestación, y en el peor, en consonancia con los condicionamientos que nos han hecho formularnos una idea fragmentada y sesgada de nosotros mismos.

Es el momento de hacer el viaje de retorno a sí mismo, en ello consiste esa fe, en saber y confiar en que ya somos aquello que somos y, por ello, la más pura y verdadera aspiración es reconocernos.

Que esta Luna renueve pues el optimismo de renacer y que esa necesidad de reencuentro y reconocimiento propio y de reactivación de la propia visión se vea colmada, rebosando el alma de alegría, esa que surge de la voluntad renovada de quien se ha permitido nacer de nuevo.

Que el alma acune al Ser que feliz se dispone a reconocerse, a reaprender de sí mismo y a reemprender el viaje cuyo punto de llegada es el mismo que el de inicio.  No hay que ir muy lejos para llegar hasta ti, simplemente contémplate, sólo se trata de ser lo que ya eres, lo que fuiste en un principio, una chispa divina, tan sólo allí comienza el verdadero viaje.



Nathacha Oura
Astróloga y Taróloga